...Te volvés tan inevitablemente adictiva
para mi ser. Que el miedo de caer, me lo olvido en el rincón de los posibles no...
Diario de una torta conflictiva
martes, 19 de junio de 2012
jueves, 14 de junio de 2012
El mundo en un mensaje.
Resulta que una viene libre,
suelta, con el cabello al viento, re enganchada con esa canción que te incita a
pogear con cuanto transeúnte se cruce en tu camino. Feliz de tener medio fernet
esperándote en la heladera y un chocolatin que te regalo tu padre. Que adquirió
no como un gesto de amor hacia tu persona sino que fue solo porque no tenía
monedas el kiosquero y como su diabetes
no se lo permite, termino siendo un gesto de cariño impensado hacia vos. Poco
importa si fue intencionado o no, es chocolate, fin. La gloria en una pequeña
barra de cacao. Gracias, papá. Con intensión o sin ella, me lo voy a comer
igual.
Entonces, vos, tan desprendida, autónoma
de todo lo que te rodea, transitas por
las calles de esta gran ciudad como si no existiesen agujas que condicionen la vida. Y, de repente, un sonido familiar, una vibración
en tu bolsillo. Miras y ahí está ese
nombre que no esperabas y esa sonrisa idiota que no podes evitar. Tu atención se
reduce a una pantalla de celular. Llegas a tu casa. Olvidas que había medio
fernet, que existía un chocolate y que la canción se termino hace 15 cuadras atrás.
Ya no importa nada más que, que ese artefacto no deje de sonar y que esa
sonrisa se incremente cada vez más. Que las distancias se acorten y que el
calor imaginario de su cuerpo se convierta en real. Nada, nada más importa.
En un momento de lucidez miras para
un costado y recapacitas de la situación en que te encontrás. Reis reconociéndote
como una reverenda patética e intentas frenar la historia que inconscientemente
empezaste a narrar desde que viste su nombre en esa pantalla. Imposible. Luchas
contra eso, aguantas unos mensajes más y luego un silencio existencial. Unos
besos y un adiós con carita de dos puntos y medio paréntesis. Te sentís victoriosa,
acabas triunfal la batalla. Terminaste con aquello que sabes que
inevitablemente se siente venir pero pusiste freno de mano y quedo ahí. Bien.
Bien. Lo lograste. Te resistís a caer en las garras de Cupido. De ese angelito
culon que más de una vez te vendió un buzón por amor. Felicidades. Objetivo
cumplido. Lástima que esos besos y ese adiós con carita de dos puntos y medio paréntesis
tenían un texto anterior: “en un rato estoy”.
Y el timbre sonó, ese rato llego. Abrís la puerta. Ella está ahí, con su mejor sonrisa para hacerte recordar, que resistir la tentación no es tan
divertido como dejarse llevar.
miércoles, 13 de junio de 2012
Torta Conflictiva: Día 1.
No importa que tan bien te
levantes, no importa que tan bien te sientas, ni quien te robe la primera
sonrisa al despertar. El tema está en que de alguna u otra manera, el día,
terminara siempre igual. Con ganas de ser una reverenda mierda peor que la del día
anterior.
Supongamos que no es el día sino
que es mi predisposición a ello. Tan masoquista voy a ser? Digo, porque está
bien que una a veces tenga un poco de mala suerte o pocas ganas de enfrentarse
a la vida pero TANTO?!
A ver, empecemos por algo. Hace
exactamente 3 meses logre comprar mi primer auto. Qué emoción! Qué lindo! Qué felicidad!
Pues, NO. Hace 3 meses que tengo diferentes problemas con él. Que cuando no es
una cosa es otra y así. No es un auto viejo, es medianamente moderno y me está
dando tantos dolores de cabeza como neuronas vivas me quedan. Esta mañana luego
de un mes volvió a dejarme a pata. Y ahí vamos, mes a mes sin fallar eh! Qué lo
parió!
Laburo. Saturada, así me tiene. Ya
no es un problema de llevarme mal con uno o con otro. Ya se trata de mi jefe y
su hartazgo a llamadas. Me cansa. Me llama hasta para decirme que va a ir al
baño prácticamente. Es de esos tipos cargosos pero BIEN CARGOSOS que para que
se den una idea, les voy a plantear una situación: Supongamos una novia celosa,
que sabe que vas a asistir a un lugar donde hay una ex y que además vas a tener que interactuar
con ella por alguna x razón. Ahora
imaginen que pasaría si al enésimo mensaje o llamada que manda por su inseguridad
y desconfianza, no lo contestáramos al segundo que lo envió. APOCALIPSIS! FIN
DEL MUNDO! MAYAS! AL CARAJO CON TODO! Ella no va a entender que vos
posiblemente estabas en el baño con alguna necesidad fisiológica o simplemente hablando
con otra persona y que no escuchaste el teléfono porque en su pequeña cabeza comienza
una proyección infinita de posibilidades que puede llegar a que te estés
chapando a tu ex en el baño como imaginarte con pasajes en la mano camino a Dubái,
casada con 3 hijos, perro, gato y un mayordomo en el palacio real donde te vas
a mudar de la mano de tu ex, claro. Imaginan eso? Que te enferman a mensajes y
llamadas hasta que logres atender? Si? Bueno, mi jefe. Lo único que voy decir
es déjenme el 38 lejos porque si sigue así en cualquier momento le decoro la
sien.
Familia. Ah… las familias siempre son un lio.
Quejarme de eso ya seria puro vicio. Y además he aprendido con los años que el
mejor remedio anti problemas y reclamos familiares, es un buen tazón de papas
fritas, chizitos, palitos, unos cuantos fernet, play y mi mejor amigo haciendo perder en el pes. Santo
remedio. Momentáneo, si. Pero maravilloso.
Y así estamos. Saturada de
cotidianeidades. Como todo el mundo, como siempre conlleva la rutina. Y encima
con un lindo candombe entre cabeza y corazón, que como dirían Las Pastillas: no
es para bailar. Y bue, así es la vida, los días de esta torta conflictiva que nunca
terminan… bien.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)